En mercados como México, donde los clientes, a pesar de una regulación cada vez más sólida, aún muestran reservas para adoptar el intercambio de datos impulsado por el open banking, el sector bancario puede ser ese puente que ayude a sus usuarios a llevar esta transición de una manera amigable, transparente y confiable.
La identificación digital juega un rol fundamental, pues habilita experiencias nunca vistas en los servicios bancarios, como el hecho de crear cuentas en línea de manera independiente y en minutos, en lugar de tener que atender citas presenciales en alguna sucursal a lo largo de varios días, llevando documentos impresos; algo bastante similar a lo que actualmente todos conocemos y manejamos cuando hacemos uso de apps para solicitar un vehículo de transporte personal, por ejemplo.
Aunque incipiente, la identidad digital se hace presente en nuestras vidas cada vez que usamos las distintas formas de autenticación e identificación, tales como contraseñas o pines. Sin embargo, su potencial aún no ha sido plenamente explotado y quedan múltiples beneficios por desplegarse, no solo para los usuarios sino también para las propias instituciones bancarias, sus socios e, incluso, el gobierno mismo. Veamos por qué.
Como todos sabemos, la pandemia por COVID-19 aceleró nuestra necesidad por resolver todos los aspectos de nuestra vida de manera remota, con agilidad, pero también con confianza. Para ello, ha sido necesario digitalizarnos y reaprender una amplia variedad de procesos: las empresas han debido reconsiderar sus enfoques de negocios, mientras que los usuarios hemos debido informarnos para confiar en los canales digitales y facilitarnos así las interacciones del día a día.
Aunque todas estas interacciones han requerido una autenticación o identificación (piense en sus servicios para pedir comida a domicilio o la despensa semanal), la realidad es que estas deben ser cada vez más robustas y profesionales, para que sean capaces de abarcar otro tipo de servicios, aquellos que requieren alta confidencialidad y privacidad, ya sea que los utilicemos como usuarios o como ciudadanos.
Es aquí donde la identificación digital del open banking puede impulsar esta creciente tendencia y tener éxito en la economía emergente de datos abiertos. Recordemos que la banca abierta habilita un marco seguro, basado en interfaces de programación de aplicaciones (APIs), que permite a los clientes autenticarse digitalmente para compartir datos o realizar pagos; por eso, entre más maduras sean las capacidades de identidad digital del open banking es más probable que puedan desbloquear beneficios para todas las partes involucradas.
Esto es posible gracias a que la identidad digital es mucho más robusta que las contraseñas tradicionales, ya que incluye mapas faciales basados en biometría que son mucho más efectivos para prevención de fraudes, prueba de identidad o rápida autenticación. Por eso, una identificación bancaria interoperable, basada en tecnología de biometría como la de DICIO, podría llegar a constituirse en una especie de pasaporte digital, pero basado en los servicios financieros.
Una identificación digital basada en la banca sería de gran beneficio para empresas y comercio, además de una manera única de poner a los servicios financieros en el centro de todo, como habilitador de la economía, de los trámites ciudadanos y hasta como una nueva forma de obtener ingresos en un mundo dominado por transacciones cada vez más comunes.
Soluciones como las de DICIO se encuentran a la altura de estos desafíos, ya que integran lo más vanguardista de la inteligencia artificial:
● Crypto face key, que genera un biométrico facial y un puntaje de vida de los individuos procesando esta información de manera segura
● Validación deblockchain, una tecnología que permite hacer una auditoría, logrando tener una trazabilidad en tiempo y forma de las operaciones, además de tener un seguimiento de la transacción de principio a fin
● Hologramas, que generan una mayor certeza a la evidencia presentada por parte de los usuarios, al validar que existan los mecanismos holográficos de seguridad en sus documentos oficiales